Si les preguntara que opinan de los cambios, ¿qué dirían?
¿Les suena parecido este tipo de reacciones?:
¿Cambios? “¡UY NO! ¡Yo así estoy feliz! ¿Por qué tengo que dejar esto? ¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora? ¿Y ahora qué hago? ¿Me irá bien? ¿Cómo será mi vida después?” Cualquier similitud a nuestra realidad, es mera coincidencia.
Esa palabrita chiquitita tiene un impacto en todas las personas y dependiendo de la persona: lo acepta con brazos abiertos o lo resiste con toda su vida. Muchas personas resisten a los cambios porque no lo buscan, sino más bien es impuesto por la vida misma y no le es fácil aceptarlo. Sienten que pierden algo de su vida, de su día a día, de su rutina. Otras personas le dan la bienvenida con mayor facilidad si nace de la decisión propia o inclusive si es impuesta. Buscan los cambios porque puede verse como una oportunidad de crecimiento, agradecimiento, aprendizaje y que pueden ganar algo más para su vida.
Bien o mal, los cambios no dejan de generarnos un sentimiento de incertidumbre porque según su definición en la Real Academia Española, implica “dejar una cosa o situación para tomar otra” ya sea para algo positivo o negativo. Nos cuesta. Este desprendimiento al que los cambios nos invita a someternos para darle paso a lo nuevo, significa que tuviéramos que salir de nuestro estado de tranquilidad, estabilidad, comodidad… naturalmente, no queremos hacerlo y nos resistimos porque podemos verlo como un punto de “no retorno” y lo desconocido nos da miedo.
Al preguntarle a varias personas sobre lo primero que se les viene a la mente cuando estamos ante un cambio, la mayoría respondió inicialmente palabras como: miedo, ansiedad, angustia, inseguridad, estrés, nervios; pero también mencionaron (aunque con menos frecuencia) palabras como: oportunidad, crecimiento personal, adaptación, sentimientos encontrados. Cuando iba anotando las respuestas, no pude dejar de notar que la mayoría son opuestas. Me llamó la atención el comentario de una joven que me dijo debemos aprender a “quitarnos el prejuicio que los cambios son malos porque no lo son, son parte circunstancial de la vida.Todo está en como se quiera ver”.
O sea que todo está en la actitud de la persona… Por eso quiero hacerte una propuesta.
Partamos que la vida es un cambio constante y no podemos evadirlos. Te invito a que descubras que los cambios son retos que nos llenan de muchas posibilidades, de nuevas aventuras, experiencias, aprendizajes y nos ayudan a crecer y ser mejores.
La actitud hace la diferencia. Si analizas tu vida retrospectivamente, quizás puedas encontrar momentos claves donde pasaste por algún cambio importante y que tu vida dio un giro y te llevó a lugares donde no te imaginabas antes. Ese cambio quizás no fue tan bienvenido al inicio porque implicaba una adaptación en tu vida, pero ahora forma parte de tu historia y gracias a ese momento, has mejorado en más de algún aspecto. Quizás: aprendiste a perdonar, a ver el lado positivo a las cosas, a tener más paciencia, a aprovechar cada momento como si fuera el último, a aprender algo nuevo en tu trabajo, a ahorrar, a valorarte como persona y valorar a quien tienes al lado, a mejorar en tus relaciones con tu familia…
No te pierdas de estos y mucho otros aspectos positivos que te traen los cambios, todo está en como quieras verlos.
Que lindo mensaje